domingo, 27 de abril de 2014

Teoria de la Relaciones "Erich Fromm"

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INTRODUCCIÓN
El presente trabajo ha sido elaborado por alumnos de la carrera de psicología, de la materia desarrollo de la personalidad, esto con la finalidad y propósito principal de conocer el enfoque sobre la teoría de las relaciones impulsada por uno de los grandes analíticos sociales como lo fue Erich Fromm, en este documento podremos encontrar una breve bibliografía sobre el pionero de la teoría de las relaciones aparecen datos sobre la vida de E. Fromm.
Así mismo podemos encontrar los diferentes componentes que son esenciales para poder explicar la teoría de las relaciones entre estas podemos destacar;  Condiciones y Necesidades Humanas Básicas, La libertad como una necesidad básica y La Soledad, Mecanismos de Escape entre estos mecanismos se mencionan; El Autoritarismo, que manifiesta la lectura ser una persona que cree que su vida es importante con el simple hecho de ser fuerte o tener fuerzas ajenas a su propio yo es la única forma de ser feliz, La Destructividad, donde “la destrucción es el intento ultimo casi desesperado para salvarse así mismo”, además podemos encontrar lo relacionado a La Familia, El Inconsciente Social y Tipos de Ética, Necesidades Básicas entre estas La Relación, Trascendencia, El Arraigo, Sentido de Identidad, entre otras, Orientación del Carácter (tipos de orientación) y Relaciones de Amor, Relación Padre e Hijo, Conciencia y La Maldad.
ERICH FROMM
Como sucede con todos los teóricos de la personalidad, la visión de la naturaleza humana de Erich Fromm está determinada por sus experiencias de la infancia. En el caso de Fromm una familia Judía, el suicidio de una mujer joven y el nacionalismo extremista del pueblo alemán influyeron notablemente en su concepto de la humanidad.
Fromm nació  el 23 de marzo de 1900, en Frankfurt, Alemania y fue el único hijo de un matrimonio y nieto de rabinos. Su madre Rosa Krause Fromm era sobrina de Luewing Krause, un reconocido especialista en enseñanza talmudista.  De niño Erich estudio el Antiguo Testamento con varios especialistas destacados, hombres que se consideran “humanistas con una tolerancia extraordinaria”
La psicología humanista de Fromm se puede encontrar en la lectura de estos profetas,  “con su versión  de paz y la armonía universales, y sus enseñanzas sobre los aspectos éticos de la historia y la actuación de las naciones”
La primera infancia de Fromm no fue perfecta. Recordaba que tenía unos padres muy neuróticos y que “él era probablemente un niño neurótico, más bien insoportable”. Su padre tenía mal carácter, y su madre tendencias depresivas. Además creció en dos mundos muy distintos, por un lado, el mundo judío ortodoxo tradicional y, por otro lado el mundo capitalista moderno, Esta tendencia dividida generaba tensiones que le resultaban casi insoportables, pero enseño al muchacho a considerar los hechos desde varios puntos de vista, tendencias que mantendría durante  su vida.
Durante su adolescencia, tuvo dos sucesos que marcaron su vida, uno fue a la edad de 12 años con la historia que trataba de una muchacha que se suicidó por la muerte de su padre y quería que la enterraran con él; y el otro, a la edad de 14 años, donde escuchó, el desprecio de los alemanes por los ingleses, creando así a la histeria de la guerra. Una de las grandes decepciones de Erich en su adolescencia fue comprobar el comportamiento generalizado cuando se inició la Primera Guerra Mundial. No sólo lo afectó la muerte que tocó a primos y tíos,  y la destrucción circundante, sino que también se sintió conmovido al comprobar que gente imbuida de un espíritu pacifista pasó, en muy poco tiempo, a embarcarse en el carro guerrero de los gobernantes. A partir de ese momento sería uno de los objetivos de su vida, llegar de determinar cuáles son los mecanismos que producen que las autoridades puedan convencer a millones de la necesidad de ingresar en una guerra que difícilmente  traiga algún beneficio para la mayoría de la población.

De esta manera al finalizar la guerra era un joven preocupado por conocer las razones que hacían posible los enfrentamientos armados y por comprender esas conductas irracionales de los seres humanos que desembocaban en conflictos catastróficos, paralelamente se volvió muy desconfiado de las declaraciones oficiales y comenzó a tener una actitud  crítica sobre casi todo, a no dar nada por sabido, estas condiciones lo fueron llevando paulatinamente a acercarse a las ideas de Freud y Marx, al primero para encontrar respuestas a los fenómenos individuales y al otro para los sociales. 

En 1918, finaliza su Bachillerato y estudia dos semestres de derecho en su ciudad natal. Un año más tarde, realiza los estudios de sociología, psicología y filosofía en Heidelberg. En 1922, recibe su doctorado y comienza su carrera como psicoterapeuta; ese mismo año recibe orientación del Doctorado en Filosofía, por parte de Alfred Weber y realiza su tesis titulada La ley judía.  En 1924, es psicoanalizado por Wilhelm en Munich y conoce a Frieda Reichmann, una psicoanalista también, con la cual se casa dos años más tarde.  En 1926, junto con Karl Landauer, hace el intento de continuar el psicoanálisis en Frankfurt y renuncia a la práctica de un judaísmo ortodoxo hasta llegar a un ateísmo místico.
Lo notable en Fromm, es que a pesar de haber abandonado la práctica de la religión nunca dejó de rescatar las enseñanzas de sus maestros. Es más, siempre reconoció entre una de sus mayores influencias la de los profetas del Antiguo Testamento. Cuando en 1966, es decir 40 años después de haber dejado la práctica religiosa escribió el libro “Y seréis como dioses”, seguía vivo el espíritu de aquellos maestros judíos que lo guiaron en su vida, Fromm ya no creía en la existencia de Dios, pero nunca desconoció la importancia de la vida espiritual para el desarrollo de los individuos y las sociedades.
 En 1927, hace sus primeras publicaciones como psicoanalista ortodoxo. Dentro de los siguientes dos años, funda en Frankfurt el Instituto de Psicoanálisis de Alemania del Sur; igualmente, crea el Instituto de Berlín y Psicoanálisis junto con la ayuda de Hans Sachs. Entabla contacto con la Escuela de Frankfurt donde trabaja en conjunto con Herbert Marcuse, Walter Benjamín y Theodor Adorno.  En 1930 es miembro activo del Instituto de Investigación Social en Frankfurt y finaliza su formación en Berlín. Posteriormente, comienza su práctica profesional en esa misma ciudad.  El ascenso del movimiento nazi en Alemania lo lleva a emigrar a tierras americanas, primero a Nueva York, Estados Unidos, donde conoce a grandes figuras refugiadas allí, entre las que desfilan Karen Horney, con la cual tuvo un romance
 Al final de su carrera, se muda a México donde realiza un importante trabajo de enseñanza y difusión del psicoanálisis. Trabaja en la Universidad Nacional Autónoma de México, dirige la colección de Psicología y Psicoanálisis de la editorial Fondo de Cultura Económica, practicando igualmente el psicoanálisis y supervisando el trabajo de sus discípulos. En 1956, funda la Sociedad Psicoanalítica Mexicana. Siete años más tarde, funda el Instituto Mexicano de Psicoanálisis. En 1965, crea la Revista de Psicoanálisis, Psiquiatría y Psicología. Entre sus obras más importantes están El miedo a la libertad, Psicoanálisis de la Sociedad Contemporánea, El Arte de Amar, El Dogma de Cristo, ¿Tener o ser?, La misión de Sigmund Freud, entre otros más (Álvarez, 1998). Muere en Suiza en la ciudad de Murallo en 1980.
De alguna forma, Fromm es una figura de transición, o si lo prefiere, un teórico que aúna otras teorías; de forma eminente, une las teorías freudianas con las neo-freudianas que hemos visto (especialmente a Adler y Horney)
Otro aspecto de su teoría es único de él: su interés en las raíces económicas y culturales de la personalidad. Nadie anterior ni posteriormente a él lo ha dicho de una forma tan directa: nuestra personalidad es hasta una extensión considerable, un reflejo de tales cuestiones como clase social, estatus minoritario, educación, vocación, antecedentes religiosos y filosóficos y así sucesivamente. Esta ha sido una representación no demasiado afortunada, aunque se puede deber a su asociación con el marxismo. Pero es, inevitable que empecemos a considerarla más y más, especialmente como una contrapartida al incremento de la influencia de las teorías biológicas.
La concepción del hombre biológico mecanicista de la que parte Freud, propia de finales del pasado siglo, es ampliamente rebasada por Fromm con su visión del hombre biológico-social. Como consecuencia lógica se ponen en cuestionamiento varios aspectos de la teoría freudiana como la concepción del inconsciente como exclusivamente patológico, la teoría de la libido, las fases de evolución de la libido en cuanto a etiología de las neurosis, la existencia de un instinto de muerte, la concepción del amor y la mujer, etc.

TEORIA DE LAS RELACIONES (ERICH FROMM)
La primera necesidad humana o existencial es la de la relación, es decir, el instinto de unión con otra persona u otras personas. Fromm postulo tres maneras fundamentales en las que una persona puede relacionarse con el mundo: Sumisión, poder y amor. Una persona se puede  a un grupo o a una institución, para unirse con el mundo: “de este modo supera su condición individual, llega a formar parte de algo mayor que él y vive su identidad en relación con el poder al cual se ha sometido”.
Mientras que las personas sumisas buscan relaciones con personas dominantes, las personas que buscan el poder,  prefieren parejas sumisas por lo que cuando una persona sumisa y una persona dominante se encuentran, suelen iniciar una relación simbiótica, que resulta satisfactoria para ambas. Aunque esta simbiosis puede ser gratificante, bloque las posibilidades de avanzar hacia la integridad y la salud mental, los dos miembros de la pareja “viven del otro lado y para el otro, satisfaciendo sus ansias de afecto, pero sufriendo la falta de fuerza interior y confianza en si mismos que requerirían libertad e independencia”.
Las personas que mantienen relaciones simbióticas se sienten atraídas mutuamente no por amor, sino por una necesidad desesperada de un vehículo, una necesidad que nunca puede ser satisfecha totalmente por una relación de este tipo. Bajo esta unión subyacen sentimientos inconscientes de hostilidad, ya que las personas con relaciones simbióticas culpan a sus parejas por no ser capaces de satisfacer completamente sus necesidades. Se dan cuenta de que necesitan otros focos de poder o sumisión y, como consecuencia de ello, se hacen cada vez más dependientes de sus parejas y pierden cada vez más su individualidad.
Fromm afirmaba que el amor es el único camino que permite a las personas llegar a unirse con el mundo y, al mismo tiempo, conseguir la individualidad y la integridad. Según el, el amor es “una unión con alguien o algo, fuera de uno mismo, bajo la condición de conservar la autonomía e integridad propias”. El amor implica compartir e intercambiar ideas con otra persona, pero deja libertad para conservar nuestra identidad y autonomía, permite a la persona satisfacer su necesidad de vínculos sin renunciar a su integridad e independencia. En el amor, dos personas se hacen una, pero siguen siendo dos. En el arte de amar, Fromm estableció que los cuatro elementos básicos comunes a todas las formas de amor verdadero son el cariño, la responsabilidad, el respeto y el conocimiento mutuo. Alguien que ama a otra persona debe sentir afecto por ella y estar dispuesto a cuidarla. El amor significa también responsabilidad, es decir, disposición y capacidad para responder. Una persona que ama a los demás responde a sus necesidades físicas y psicológicas,  las respeta y acepta como son y evita la tentación de intentar cambiarlas. Pero las personas pueden respetar a los demás sólo cuando los conocen, conocer a los demás significa valorarlos desde su propio punto de vista. Por tanto, el cariño, la responsabilidad, el respeto y el conocimiento mutuo están entrelazados en toda relación amorosa.

DICOTOMIAS EXISTENCIALES E HISTORICAS
Fromm (1947) planteo diversas dicotomías existenciales que surgen tan solo del hecho de que las personas existen. La soledad es una de estas. Una dicotomía existencial como Fromm usaba el término, es un problema que no tiene solución debido a que ninguna de las alternativas que presenta es satisfactoria por completo.

Deseamos la inmortalidad, pero enfrentamos la muerte; desearíamos ser un solo mundo con la naturaleza pero trascendemos. En resumen, deseamos una cierta clase de mundo pero encontramos insatisfactorio el mundo en que nacimos.
Considerando el mundo que se nos ha dado inadecuado e insatisfactorio, nosotros como humanos intentamos crear un ambiente más satisfactorio, nosotros como humanos intentamos crear además dicotomías históricas, las cuales son los problemas que surgen de nuestra historia debido a diversas sociedades y culturas que hemos formado. El hecho de que la riqueza no está distribuida equitativamente es una dicotomía histórica, como lo es larga historia de la guerra.

Es importante no confundir ni calificar mal los dos tipos de dicotomías. Las dicotomías históricas son creadas por personas y por lo tanto nos son ineludibles, como lo son las dicotomías existenciales. Son producto de la historia y por consiguiente están abiertos al cambio. Juntas, las dicotomías existenciales e históricas estructuran nuestras limitaciones y potencialidades. Son la base de nuestras aspiraciones y esperanzas pero al mismo tiempo generan nuestras frustraciones.

 El interés de Fromm por las dicotomías existenciales lo llevaron a enfocarse en las orientaciones de “Tener” “Ser” hacia la vida. Declaró que estos son modos de existencia son competidores para el espíritu de la humanidad (1976). El modo de Tener, el cual se basa en las posesiones de tiene una persona, es la fuente del ansia de poder y conduce al aislamiento y al temor. El modo ser, el cual depende tan solo del hecho de la existencia, es la fuente del amor productivo y la actividad y conduce a la solidaridad y a la alegría. Las personas cuyo ser depende solo del hecho de que son responden de manera espontánea y productiva y tienen el valor de dejarlo ir a fin de dar el nacimiento a nuevas ideas. Fromm creía que todos son capaces de los modos de tener y de ser, pero que la sociedad determina cual do los modos prevalecerá (1976)
NECESIDADES BASICAS (NECESIDADES HUMANAS)
Las dicotomías existenciales que caracterizan a la condición humana dan surgimiento a 5 necesidades básicas humanas (1955). Estas se derivan de nuestra existencia y deben de ser satisfechas a fin de que una persona se desarrolle por completo. Nuestro impulso primario es hacia la afirmación de la vida, pero a menos que podamos estructurar nuestra existencia de tal forma que satisfaga nuestras necesidades básicas, moriremos o nos volveremos locos.
            Las 5 necesidades básicas son:
1.    Relación: la capacidad de relacionarse con otras personas y amar de manera productiva no es innata o instintiva en los seres humanos. Como personas, tenemos que crear nuestras propias relaciones. Podemos buscar relacionarnos con los demás por sumisión o dominación, pero esto al final prueba ser derrotista. Solo el amor productivo, el cual implica cuidado, responsabilidad, respeto y conocimiento, impide el autoaislamiento.

2.    Trascendencia: los seres humanos necesitan elevarse por encima del carácter animal accidental o pasivo de su existencia volviéndose creadores activos. Si no podemos solucionar con creatividad el problema de la trascendencia nos volvemos a la destructividad, la cual es un método abortivo de satisfacer este impulso.

3.    Arraigo: se refiere a la necesidad de sentir que pertenecemos. Al principio encontramos esta pertenencia en el vínculo natural de nuestra madre, pero solo en la medida en que encontramos raíces nuevas en un sentimiento de camaradería universal con todas las personas podemos sentirnos en casa en el mundo como un adulto responsable.

4.    Sentido de identidad: los seres humanos necesitan percatarse de sí mismos como individuos únicos. Este sentido del “Yo”, requiere que el ser humano se experimente como distinto de los demás y como el centro y sujeto activo de los poderes propios. La falla en el desarrollo de un sentido de identidad nos conduce a desarrollar un sentido de identificación por medio de un conformismo incondicional con un grupo o un conjunto.

5.    La necesidad de una estructura que oriente o vincule: cada uno de nosotros necesita un marco de referencia estable y consciente con el que podemos organizar nuestras percepciones y dar sentido a nuestro ambiente. Este sistema de pensamiento puede ser racional e irracional, verdadero o falso, pero es corregido por el carácter mismo de ser humano y conduce a nuestra vinculación con el mundo desde una perspectiva particular.

Los seres humanos crean la sociedad a fin de satisfacer estas necesidades básicas que surgen de manera independiente del desarrollo de cualquier cultura particular. Pero el tipo de sociedad y cultura que crean los seres humanos estructura y limita la forma en que las necesidades básicas pueden ser satisfechas. Por ejemplo en una sociedad capitalista, adquirir dinero es un medio de establecer un sentido de identidad. En una sociedad autoritaria, la identificación con el líder o el estado proporciona un sentido de identidad. Por lo tanto, nuestra personalidad final presenta un compromiso entre las necesidades internas y las demandas por la sociedad.

ORIENTACIONES DEL CARÁCTER Y RELACIONES DEL AMOR.
Fromm identificó cinco tipos de carácter que son comunes en la sociedad occidental (1947). La diferencia primaria entre la teoría de Fromm de los tipos y las orientaciones de carácter y la de Freud, consiste en que este último imaginó la fijación de la libido en ciertas zonas del cuerpo como la base para tipos de carácter en las formas diferentes en las que una persona enfrenta las dicotomías básicas. El carácter de una persona es determinado en gran medida por la cultura y sus objetivos; por tanto, es posible hablar de carácter social como las cualidades que son compartidas con frecuencia por las personas de una cultura particular.
Así mismo Fromm sostenía que personalidad se refleja en la orientación del carácter del individuo es decir, la manera relativamente invariable que tiene una persona de relacionarse con los demás y con las cosas. Fromm en 1947 definió la personalidad como “el conjunto de cualidades psíquicas heredadas y adquiridas que son características de un individuo y que lo hacen único”   la más importante de las cualidades adquiridas de la personalidad es el carácter, que Fromm  define como “el sistema relativamente estable de impulsos no instintivos mediante los que una persona se relaciona con el mundo humano y natural”
Orientaciones improductivas: Las personas pueden obtener cosas mediante una de las cuatro orientaciones improductivas  (1) recepción pasiva, (2) exploración mediante la fuerza, (3) acaparamiento de objetos, (4) venta o intercambio. Fromm utilizo el término “improductivas” para sugerir que estas estrategias no ayudan al individuo a acercarse a la libertad positiva y la autoconsciencia. No obstante las orientaciones improductivas no son totalmente negativas, cada una tiene un aspecto negativo y otro positivo. La personalidad es siempre una combinación de varias orientaciones, aunque predomine una de ellas

1.    La orientación receptiva: Las personas receptivas creen que la fuente de todas las cosas buenas están fuera de ellas mismas; por consiguiente, piensan que la única forma de obtener algo que desean es recibirlo de una fuente externa.  Cualidades negativas reaccionan de forma pasiva, sumisión y falta de confianza en sí mismo, Positivas son leales, aceptación y confianza, esperando ser amadas.

2.    La orientación exploradora: Las personas exploradoras, como las receptivas piensan que la fuente de todas las cosas buenas está afuera, pero no esperan recibir nada bueno de los demás. Por consiguiente, toman las cosas que desean por la fuerza o con astucia. En el aspecto negativo son egocéntricos, engreídos, arrogantes y seductores explotan a los demás para sus propios fines., Aspecto positivo son impulsivos, altivos, encantadores y seguros de sí mismos.  

3.    La orientación acumulativa (Acaparadora): Mientras que los tipos Receptivo y Explorador  esperan ambos obtener cosas del mundo exterior, las personalidades acumulativas están convencidas de que nada bueno significativo está disponible de los demás. Por consiguiente, buscan acumular y ahorrar lo que ya tienen. Se rodean así mismos con un muro y son miserables en sus relaciones con los demás. Rasgos negativos de la personalidad; rigidez, esterilidad, obstinación y tendencias compulsivas, aspectos positivos; orden, limpieza y puntualidad.

4.    La orientación mercantilista (Comercial): El mercado moderno es el modelo para la cuarta orientación del carácter propuestas por Fromm. El concepto de abasto y demanda, el cual juzga a un artículo de comercio en términos su valor de mercantilistas se experimentan a sí mismas como mercancías en el aparador. Pueden ser descritas como camaleones oportunistas cambiando sus colores y valores conforme perciben que cambian las fuerzas del mercado. Los rasgos negativos; desorientación, oportunismo, incoherencia, y tendencias al despilfarro, Positivos; capacidad para cambiar, mentalidad abierta, capacidad de adaptación, y generosidad.

5.    La orientación productiva: La descripción de Fromm acerca de la orientación productiva trata de ir más allá  de la definición de Freud sobre el carácter genital, la cual sugiere que el individuo maduro es capaz de funcionar de manera adecuada desde el punto de vista sexual social. Fromm busco describir un ideal de desarrollo humanístico y una postura moral que caracteriza a La Personalidad Normal, Madura y Saludable. Estos individuos se valoran a sí mismos y a los demás por quienes son. Al usar sus potenciales en forma productiva, se relacionan con el mundo percibiéndolo con precisión y enriqueciéndolo por medio de sus propios potenciales creativos.

Una característica más de la orientación productiva es el uso de la ética humanística en el lugar de la autoritaria (1947). Mientras que la ética autoritaria tiene su fuente en una conciencia que está arraigada fuera del individuo, la ética humanística representa la verdadera virtud en el sentido del despliegue de las capacidades de una persona de acuerdo con la ley de la propia naturaleza humana y la toma de la responsabilidad completa por la propia experiencia.
Los rasgos que surgen de cada una de las orientaciones de carácter propuesta por Fromm tienen cualidades positivas y negativas, pero en general Fromm percibió a los primeros cuatro tipos como improductivos en gran medida. Una persona puede exhibir una combinación de tipos. Los primeros tres recuerdan a los tipos de carácter oral y anal de Freud y se pueden trazar  paralelos entre las tipologías de Freud y de Fromm. Sin embargo, en su discusión sobre la orientación mercantilista, por lo general se piensa que Fromm fue más lejos y desarrolló un tipo de carácter nuevo.
Fromm (1973) también distinguió entre las orientaciones de carácter biófilo, que busca vivir la vida, y un carácter necrófilo, el cual es atraído por lo que está muerto y en descomposición y busca destruir la vida. El carácter biófilo es en gran medida sinónimo de orientación productiva. El deseo de destruir surge cuando las fuerzas vitales son frustradas.
ETICA HUMANISTA
Erich Fromm nos menciona en su libro Ética y Psicoanálisis, la idea principal, que es dar respuesta al problema central del ser humano, pues el hombre actual ha perdido el sentido de sí mismo. A pesar de sus conocimientos, carece de verdadera sabiduría. Pues el hombre ha sido justificado. En virtud de su razón, ha edificado un mundo material cuya realidad sobrepasa todo.

La obra de Fromm representa un profundo esfuerzo por reconstruir una ética basada en el ser humano como portador de potencialidades que es necesario actualizar para su desarrollo. Fromm, en su obra, nos da ideas originales, pero retomando distintos puntos de vista de diferentes autores, como es el caso de Freud.

La Ética Humanista: la ciencia aplicada del arte de vivir si no abandonamos la búsqueda de normas de conducta objetivamente válidas, como el caso del relativismo ético ¿qué criterio podemos encontrar para tales normas? La clase de criterio depende del tipo del sistema ético cuyas normas estudiaremos. Los criterios de la ética Autoritaria son, por necesidad, fundamentalmente diferentes de los de la Ética Humanista.

En la Ética Autoritaria una autoridad es la que establece lo que es bueno para el hombre y prescribe las leyes y normas de conducta; en la Ética Humanista es el hombre mismo quien da las normas, y es a la vez el sujeto de las mismas, su fuente formal o agencia reguladora y el sujeto de su materia.

El empleo del término "autoritario" hace necesario esclarecer el concepto de autoridad. Existe tanta confusión con respecto a este concepto debido a la creencia ampliamente difundida de que nuestra única alternativa es tener una autoridad dictatorial, irracional o no tener autoridad alguna. Esta alternativa, no obstante, es falsa.

El verdadero problema consiste en saber qué clase de autoridad debemos tener. Si hablamos de autoridad ¿nos referimos a una autoridad racional o irracional? La autoridad racional tiene su fuente en la competencia. La fuente de la autoridad irracional, por otra parte, es siempre el poder sobre la gente. Este poder puede ser físico o mental, puede ser real o solamente relativo en relación con la ansiedad y la impotencia de la persona sometida a esta autoridad. El poder, por una parte, y el temor por la otra, son siempre los cimentos sobre los cuales se erige la autoridad irracional.  Puede distinguirse la Ética Autoritaria de la Ética Humanista en dos aspectos: uno formal y otro material. La Ética Autoritaria niega formalmente la capacidad del hombre para saber lo que es bueno o malo; quien da la norma es siempre la autoridad que trasciende al individuo.
Tal sistema autoritario no se basa en la razón ni en la sabiduría sino en la autoridad y en el sentimiento de debilidad y dependencia del sujeto; la entrega de las decisiones del sujeto a la autoridad es el resultado del poder mágico; ella y sus decisiones no pueden ni deben objetarse.

Materialmente, o en relación con el contenido, la Ética Autoritaria resuelve la cuestión de lo que es bueno o malo considerando, en primer lugar, los intereses de la autoridad y no los del sujeto; es un sistema de explotación del cual, empero, pueden derivar considerables beneficios psíquicos o materiales para el sujeto.

Tanto el aspecto formal como el material de la Ética Autoritaria se manifiestan en la génesis del juicio ético del niño y en el juicio irreflexivo de valor del adulto mediocre. Obviamente el aspecto formal y el material de la ética Autoritaria son inseparables. A menos que sea intención de la autoridad explotar al sujeto no necesitará regir por medio del terror y la crítica aunque corra el riesgo de ser considerado incompetente. Pero como están en juego sus propios intereses, la autoridad ordena que la obediencia sea la máxima virtud y la desobediencia el pecado capital. La rebelión es el pecado imperdonable en la ética Autoritaria, el poner en duda el derecho de la autoridad para establecer normas y su axioma de que las normas establecidas por la autoridad están a favor de los más preciados intereses de los sujetos. Aunque una persona peque, su sometimiento al castigo y su sentido de culpabilidad le retribuyen su "bondad" porque de ese modo expresa la aceptación de la superioridad de la autoridad  La ética Humanista, en contraste con la ética Autoritaria, puede distinguirse tanto por un criterio formal como por otro material. Formalmente se basa en el principio de que sólo el hombre por sí mismo puede determinar el criterio sobre virtud y pecado, y no una autoridad que lo trascienda.

Materialmente se basa en el principio de que lo "bueno" es aquello que es bueno para el hombre y "malo" lo que es nocivo, siendo el único criterio de valor ético el bienestar del hombre.

La ética Humanista es antropocéntrica. Ciertamente no en el sentido de que el hombre sea el centro del Universo, sino de que sus juicios de valor -al igual que todos los demás juicios y aun percepciones- radican en las peculiaridades de su existencia y sólo poseen significado en relación con ella; el hombre es verdaderamente "la medida de las cosas".

La posición humanista es que nada hay que sea superior ni más digno que la existencia humana. Se ha argumentado en contra de esto diciendo que es esencial a la naturaleza del comportamiento ético el estar relacionado con algo que trasciende al hombre, y que por esa razón, un sistema que solamente reconoce al hombre y a sus intereses no puede ser verdaderamente moral, que su objeto sería únicamente el individuo aislado y egoísta.

Esta objeción comúnmente esgrimida para desaprobar la facultad –y el derecho- del hombre por postular y juzgar las normas válidas para su vida, se basa en un error, ya que el principio que sostiene que lo bueno es aquello que es bueno para el hombre no implica que la naturaleza del hombre sea tal que el egoísmo o el aislamiento sean buenos para él. No quiere decir que el fin del hombre pueda cumplirse en un estado de desvinculación con el mundo exterior.

En efecto, como lo han sugerido tantos defensores de la ética Humanista, es una de las características de la naturaleza humana el que el hombre encuentra su felicidad y la realización plena de sus facultades únicamente en relación y solidaridad con sus semejantes. No obstante, amar al prójimo no es un fenómeno que trasciende al hombre; es algo inherente y que irradia de él. El amor no es un poder superior que desciende sobre el hombre, ni un deber que se le ha impuesto; es su propio poder, por medio del cual se vincula a sí mismo con el mundo y lo hace realmente suyo.

La ética humanista, por su parte, aunque se perciba egoísta, puesto que considera al hombre como un fin sí mismo alejándose de todo sentido trascendental, entiende que el hombre es el único que puede determinar el criterio sobre virtud y pecado “y no una autoridad que lo trascienda” En lo relativo a sus principios explica que lo “bueno” desarrolla las potencialidades del hombre y promueve su existencia y que lo “malo” es lo nocivo, la auto-mutilación; “siendo el único criterio de valor ético el bienestar del hombre”. Cabe resaltar que el termino virtud en su sentido aristotélico es el que predica la ética humanista, en contraposición al sentido moderno de la ética autoritaria en cuanto que significa auto-negación y obediencia, supresión de la individualidad.

FAMILIAS
RELACIONES PADRE-HIJO

Las diversas orientaciones de carácter surgen, en parte, debido a la relación de amor particular que un niño ha experimentado con los cuidadores primarios. Conforme crecen los niños, se vuelven cada vez más independientes, repitiendo por tanto el patrón de desarrollo de la especie.

Esta libertad produce inseguridad y el niño buscará restablecer la seguridad anterior. Fromm describió tres clases básicas de relaciones padre-hijo -1956 -. En las relaciones simbióticas, dos personas están relacionadas de tal manera que, una de las partes pierde o no alcanza nunca su independencia. Una persona es absorbida por la otra, la forma masodoquista de la relación simbiótica. Una persona puede absorber a la otra, la forma sádica. La relación de retraimiento-destructividad, se caracteriza por distancia en lugar de cercanía. La relación es de apatía y retraimiento o expresiones directas de hostilidad y agresión.

El amor es la relación productiva con los demás y el yo. Está marcada por el respeto mutuo y el fomento de la independencia para cada una de las partes.
El carácter receptivo se origina en una respuesta masoquista ante una relación simbiótica. El tipo explotador emana de un patrón sádico desarrollado por el niño que reacciona de manera destructiva ante el retraimiento paterno. La orientación productiva tiene sus raíces en la relación de amor.

Las personas biófilas productivas comprenden el mundo a través del amor, el cual les permite romper las murallas que separan a las personas. El amor productivo, afirma Fromm, es un arte. Podemos dominar su teoría y práctica sólo si hacemos del amor una cuestión de interés supremo.
El amor productivo es la respuesta creativa verdadera a la soledad humana, mientras que las relaciones simbióticas son formas inmaduras de amor y seudoamor.

Escoger la forma en la cual escapamos de la libertad tiene bastante que ver con el tipo de familia en la que crecemos. Fromm describe dos tipos de familias no productivas:

TIPOS DE FAMILIAS

1- Familias simbióticas.
La simbiosis es la relación estrecha entre dos organismos, que no pueden vivir el uno sin el otro. Algunos miembros de la familia son “absorbidos” por otros miembros, de manera que no pueden desarrollar completamente sus personalidades por sí mismos. El ejemplo más obvio es el caso donde los padres “absorben” al hijo, de forma que la personalidad del niño es simplemente un reflejo de los deseos de los padres.

El otro ejemplo es el caso donde el niño “absorbe” a sus padres. En este caso, el niño domina o manipula al padre, que existe esencialmente para servir al niño. En realidad, prácticamente todo el mundo de una sociedad tradicional aprende como ser tanto dominante como sumiso, ya que casi todo el mundo tiene a alguien por encima o debajo de él en la jerarquía social. Obviamente, el escape autoritario de la libertad está estructurado en tal sociedad.

2- Familias apartadas.
De hecho, su principal característica es su gélida indiferencia e incluso su odio helado. Aun cuando el estilo familiar de “repliegue” ha estado siempre con nosotros, ha llegado solo a dominar algunas sociedades en los últimos pocos cientos de años; esto es, desde que la burguesía - la clase comerciante - arribó a la escena con fuerza. Menciona tipos de familia apartadas, las cuales las clasifica así:
Grupo “A” de las familias apartadas:

ü  La versión “fría”:
Es la más antigua de las dos, propia del norte de Europa y partes de Asia, y en todas aquellas partes donde los comerciantes han sido considerados como una clase formidable. Los padres son muy exigentes con sus hijos, de los cuales se espera que persigan los más altos estándares de vida. Los castigos no son cuestión de un coscorrón en la cabeza en medio de una discusión durante la cena; es más bien un proceso formal, un ritual completo que posiblemente envuelve romper la discusión y encontrarse en el bosque para discutir el tema.

El castigo es radical y frío, “por tu propio bien”. De forma alternante, una cultura puede utilizar la culpa y la retirada de afecto como castigo. De cualquiera de las maneras, los niños de estas culturas se tornan hacia el logro en cualquiera que sea la noción de éxito que éstas posean.


ü  El estilo puritano de familia:
Defiende la huida destructiva de la libertad, lo cual es internalizado a menos que algunas circunstancias - como la guerra - no lo permitan. Este tipo de familias propulsa una forma más rápida de perfeccionismo - viviendo según las reglas- que es también una forma de evitar la libertad que Fromm no menciona. Cuando las reglas son más importantes que las personas, la destructividad es inevitable.
Grupo “B” de las familias apartadas:

ü  La familia moderna:
Se puede hallar en la mayoría de sociedades más avanzadas del mundo, de manera especial en EEUU. Los cambios en las actitudes de la crianza infantil han llevado a muchas personas a estremecerse ante el hecho de un castigo físico y culpa en la educación de sus hijos. La nueva idea es criar a tus hijos como tus iguales. Un padre debe ser el mejor amigo o compañero de su hijo; la madre debe ser la mejor compañera de su hija. Pero, en el proceso de controlar sus emociones, los padres se vuelven bastante indiferentes. Ya no son, de hecho, verdaderos padres, solo cohabitan con sus hijos. Los hijos, ahora sin una auténtica guía adulta, se vuelven a sus colegas y la “media” en busca de sus valores. Esta es, por tanto, la superficial y televisiva familia.

El escape de la libertad es particularmente obvia aquí: es una conformidad autómata. Aunque todavía esta familia está en minoría en el mundo - salvo, por supuesto, en la TV -, ésta es una de las principales preocupaciones de Fromm. Parece ser el presagio del futuro.


3.    Familias amorosas y razonables:
Considerada como una familia buena, sana y productiva. Fromm sugiere que ésta sería una familia donde los padres asumen la responsabilidad de enseñar a sus hijos a razonar en una atmósfera de amor. El crecer en este tipo de familias permite a los niños aprender a identificar y valorar su libertad y a tomar responsabilidades por sí mismos y finalmente por la sociedad como un todo.


AMOR A SÌ MISMOS

Fromm -1956- distinguió entre varios tipos de amor, tales como el fraternal, maternal, erótico, a Dios y a uno mismo. De particular interés son sus comentarios sobre el amor a sí mismos, el cual percibía como un prerrequisito para amar a los demás. Es importante que se distinga entre el concepto de amor a sí mismo y la afirmación de  Fromm y el de la satisfacción exagerada de los deseos narcisistas que parece ser tan prevaleciente en nuestros días y que excluye el amor a los demás.
En la actualidad, muchas personas usan “el amor a sí mismos” como un sustituto para la tarea mes difícil de amar a los demás. Fromm insistió en que la capacidad de amar requiere vencer el narcisismo – experimentar como real sólo lo que existe dentro de nosotros mismos – El concepto de Fromm sobre el amor así mismo presagia el énfasis de Rogers en la congruencia y la discusión de Maslow respecto a la auto estimación.

TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD
Si las personas sanas son capaces de trabajar, amar y pensar de manera productiva, entonces las personalidades desequilibradas se caracterizan por  problemas en estos tres aspectos, sobre todo en la capacidad de amar de manera productiva Fromm – 1981 – sostenía que las personas con trastornos psicológicos son incapaces de amar y no consiguen establecer una unión con otras personas.

Estudió tres trastornos graves de la personalidad: la necrofilia, el narcisismo maligno y la simbiosis incestuosa.


1.    Necrofilia
El término “necrofilia” significa amor a la muerte y suele hacer referencia a una perversión sexual en la cual una persona desea el contacto sexual con un cadáver. Sin embargo, Fromm – 1964, 1973 – usó este término en un sentido más generalizado para denotar cualquier tipo de atracción por la muerte. La necrofilia es la orientación de carácter que se presenta como única alternativa posible a la Biofilia, pueden adoptar una orientación necrófila.
Las personalidades necrófilas odian a la humanidad, son racistas, belicistas y provocadoras, les gusta el derramamiento de sangre, la aniquilación, el terror y la tortura y les encanta destruir la vida.

Son grandes defensoras de la ley y el orden, les gusta hablar de la enfermedad, de la muerte, y de los entierros y sienten una fascinación por la suciedad, la descomposición y las heces. Prefieren la noche al día y les encanta actuar en la oscuridad y la sombra.

Se podría decir que la conducta destructiva es un reflejo del carácter de las personas necrófilas. A veces las personas pueden actuar de manera agresiva y destructiva, pero el caso de éstas personas, su estilo de vida gira en torno de la muerte, la destrucción, la enfermedad y la descomposición.

Un ejemplo clásico del carácter Necrófilo es Adolfo Hitler, quien estaba fascinado y obsesionado con la muerte y la destrucción. En el estudio de caso descriptivo de Fromm (1973), Hitler surge como una personalidad narcisista y retraída que, debido a que no podía cambiar la realidad, la falsificaba y negaba y se empeñaba en la fantasía. La frialdad, apatía y satisfacción inmoderada de los deseos de Hitler conducen a fracasos tempranos en la vida y humillaciones que dieron como resultado un deseo de destruir. Este deseo puede no ser reconocido; en su lugar, fue negado y racionalizado como maniobras defensivas y acciones emprendidas a nombre del surgimiento religioso de la nación alemana. Lo que es único no es la personalidad de Hitler, sino la situación sociopolítica e histórica que permitió a un Hitler ascender a una posición de gran poder. Fromm creía que las formas malignas de agresión se pueden reducir de manera sustancial si una sociedad particular desarrolla las condiciones socioeconómicas que favorecen la satisfacción de las necesidades y potenciales humanos.
2.    Narcisismo maligno
Igual que todas las personas en algunas ocasiones muestran una conducta necrófila, también tienen tendencias narcisistas. Las personas equilibradas manifiestan una forma de narcisismo benigno, es decir, un interés por su propio cuerpo. Sin embargo, en su forma maligna, el narcisismo dificulta la percepción de la realidad, de modo que todo lo que pertenece a la persona narcisista tiene un gran valor y todo lo que pertenece a los demás está devaluado.

Los individuos narcisistas están absortos en sí mismos, pero no se limitan a mirarse a sí mismos en el espejo, sino que, este narcisismo los lleva a la hipocondría, una preocupación obsesiva por la propia salud. Fromm -1964 – también hablo de la hipocondría moral, un sentimiento de culpa derivado de transgresiones anteriores. Las personas que están obsesionadas consigo mismas, tienden a interiorizar las experiencias, y a pensar demasiado en la salud física y las virtudes morales.

3.    Simbiosis incestuosa.
Una tercera orientación patológica es la simbiosis incestuosa, que se define como la dependencia extrema de la madre o sustituto de la madre. La simbiosis incestuosa es una forma de obsesión por la madre, más habitual y más benigna; los hombres que tienen una obsesión por su madre necesitan una mujer que cuide de ellos, que los adore y los admire, y sienten una cierta ansiedad cuando no se satisfacen sus necesidades.

Esta condición es relativamente normal y no interfiere excesivamente en su vida cotidiana.

En la simbiosis incestuosa, sin embargo, las personas no se pueden separar de su compañero, su personalidad se funde con la otra persona y ambas pierden sus identidades individuales. Este trastorno se origina en la infancia como apego natural a nuestro cuidador, el apego es más crucial y fundamental que cualquier interés sexual que se puede desarrollar durante la fase edípica.

Las personas que viven con relaciones simbióticas incestuosas, sienten ansiedad y temor cuando la relación se ve amenazada ya que, creen que no pueden vivir sin el sustituto de su madre – el compañero no tienen que ser una persona, puede ser una familia, una empresa, una iglesia o una nación. -. La orientación incestuosa distorsiona la capacidad de pensamiento, elimina la capacidad de amar e impide a las personas alcanzar la independencia y la integridad.

Algunos individuos con patología sufren los tres trastornos de personalidad, es decir, se sienten atraídos por la muerte – necrofilia -, disfrutan destruyendo a quienes consideran inferiores a ellos – narcisismo maligno - , y poseen una relación simbiótica neurótica con su madre o el sustituto de ella – simbiosis incestuosa -.

Estas personas tienen lo que Fromm llamó el síndrome de decadencia, y contrastan con las personas sanas, caracterizadas por el síndrome de crecimiento, que se compone de las cualidades opuestas: biofilia, amor y libertad positiva.

BIBLIOGRAFIA
Teorías de la Personalidad sexta edición Jess Feist & Gregory J. Feist Capitulo 7

 Introducción a las Teorías de la Personalidad cuarta edición Barbara Engler Capitulo 6
espanol.free-ebooks.net/ebook/...de...teorias-de-la-personalidad/pdf?dl